viernes, 8 de febrero de 2019

Sueños

Lance se despertó sobresaltado. Miró a su alrededor, en la oscura habitación del pequeño apartamento en el que vivía con sus padres. El joven trató de calmar su respiración, secándose mientras el sudor de la frente y pasándose la mano por el pelo negro azabache. Se lo había cortado hace menos de dos semanas, pero ya había vuelto a su longitud normal, corto, pero lo suficientemente largo como para que le remontase las orejas y le molestase. Al acabar de despertarse de la pesadi-lla, el pelo estaba alborotado, pero no hubiera estado mucho mejor aunque lo hubiese peinado.


Habiéndose recuperado brevemente del impacto del sueño, estiró su brazo y agarro la botella de agua que había dejado llena sobre la mesita de pino, sobre la cual también estaba su reloj despertador, que tenía un led en la parte superior que proyectaba la hora al techo. A Lance le encaba el reloj, sobre todo por lo que le había costado encontrarlo y comprarlo.

Dio un largo trago del agua de la botella, fría, probablemente debido a que se encontraban en pleno invierno y la calefacción, aunque ayudaba, no impedía que hiciese fresco en la vivienda. Miró hacía el techo, con la garganta refrescada, y observó los numero que proyectaba el despertador: las 3 de la mañana.

“La hora de siempre”-pensó Lance. Suspiró y se tumbó de nuevo en la cama, mirando los números, pero con la cabeza recordando sus sueños. Y es que, desde hacía unas dos semanas más o menos, Lance había tenido pesadillas recurrentes. A pesar de que los sueños eran diferentes, siempre había un patrón. Todos ellos empezaban con Lance, en diferentes situaciones, ya fuera esquiando, en casa estudiando, o en el gimnasio. En sí mismo, eso ya era raro, ya que había situaciones que Lance nunca había vivido, pero a pesar de eso las soñaba y las reconocía.

El siguiente patrón que se apreciaba era que aparecía una figura, una que Lance nunca veía bien, solo de reojo (A veces una mano, un abrigo, un zapato, etc.) pero sabía que era la misma persona. No sabía explicar porqué pero había algo que resultaba…familiar en la figura. Tras verla, Lance hacía lo mismo en todos los sueños: Escapaba. Al ver a la figura, sentía miedo, un miedo horrible que le impulsaba a huir. Y mientras huía, la figura le perseguía.

Esta parte cambiaba dependiendo del lugar en el que estaba Lance en el sueño, pero hiciera lo que hiciera, siempre era capturado por la figura. Y cuando la figura le atrapaba, no había nada más que hacer, se acababa todo. La figura le mataba, una y otra y otra vez, de distintas formas. Le tiraba de un edificio, lo apuñalaba, le cortaba la cabeza…Y el final del sueño, lo último que veía Lance antes de despertar era un contador descendente, seguido de una risa, una risa profunda, pero a la vez vacía y tan fría que solo escucharla era como tener un cubito de hielo recorrerte la espalda tras haber hecho ejercicio en verano.

Tras la risa, Lance despertaba, sobresaltado y empapado en sudor, igual que había pasado esa noche y siempre a las 3 de la madrugada. Lance no tenía problemas para volver a conciliar el sueño, pero esa vez era distinto. El sueño de esa vez había seguido el curso de los demás, terminando Lance muerto, pero después, hubo un cambio. El contador descendente había bajado una vez más, pasando a mostrar un único numero desde hacía 8 sueños. Esa noche, el contador había descendido a 1.

La risotada de la figura se repitió nuevamente, pero esta vez, la figura miró directamente hacia el lugar desde el que Lance observaba toda la escena del sueño y, por primera vez, Lance pudo ver enteramente a la figura. Tenía aspecto humano, más o menos de la misma altura que Lance (un metro setenta y algo, la última vez que se había medido). El cuerpo, o lo que Lance imaginaba que era un cuerpo, estaba cubierto enteramente por una túnica, negra, que le llegaba hasta los pies, en los que llevaba un par de botas militares. Las manos estaban enfundadas en unos guantes es camuflaje, con una protección para los nudillos, similar a la que llevan los guantes militares. La cabeza la llevaba cubierta por la capucha de la túnica, así como por una máscara, con el diseño de una sonrisa de dientes de tiburón, cubriendo desde debajo de los ojos, que eran lo único que Lance podía observar. En el interior de esa capucha, Lance veía unos ojos, grandes, completamente rojos, como si todos los capilares de dentro de los ojos hubieran explotado y estos se hubieran llenado de sangre. Aunque no pudiera verle la boca, Lance sabía que estaba sonriendo. Entonces, la figura habló, con esa voz profunda, vacía y fría que hacía temblar.

“Solo quedas tú. Espero que corras más que tus otros yo, Lance”-La figura desapareció en una bocanada de humo y el sueño terminó.

Fin de la Parte 1

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