Habiéndose
recuperado brevemente del impacto del sueño, estiró su brazo y agarro la botella
de agua que había dejado llena sobre la mesita de pino, sobre la cual también
estaba su reloj despertador, que tenía un led en la parte superior que
proyectaba la hora al techo. A Lance le encaba el reloj, sobre todo por lo que
le había costado encontrarlo y comprarlo.
Dio
un largo trago del agua de la botella, fría, probablemente debido a que se
encontraban en pleno invierno y la calefacción, aunque ayudaba, no impedía que
hiciese fresco en la vivienda. Miró hacía el techo, con la garganta refrescada,
y observó los numero que proyectaba el despertador: las 3 de la mañana.
“La
hora de siempre”-pensó Lance. Suspiró y se tumbó de nuevo en la cama, mirando
los números, pero con la cabeza recordando sus sueños. Y es que, desde hacía
unas dos semanas más o menos, Lance había tenido pesadillas recurrentes. A
pesar de que los sueños eran diferentes, siempre había un patrón. Todos ellos
empezaban con Lance, en diferentes situaciones, ya fuera esquiando, en casa
estudiando, o en el gimnasio. En sí mismo, eso ya era raro, ya que había situaciones
que Lance nunca había vivido, pero a pesar de eso las soñaba y las reconocía.
El siguiente
patrón que se apreciaba era que aparecía una figura, una que Lance nunca veía bien,
solo de reojo (A veces una mano, un abrigo, un zapato, etc.) pero sabía que era
la misma persona. No sabía explicar porqué pero había algo que resultaba…familiar
en la figura. Tras verla, Lance hacía lo mismo en todos los sueños: Escapaba.
Al ver a la figura, sentía miedo, un miedo horrible que le impulsaba a huir. Y
mientras huía, la figura le perseguía.
Esta
parte cambiaba dependiendo del lugar en el que estaba Lance en el sueño, pero
hiciera lo que hiciera, siempre era capturado por la figura. Y cuando la figura
le atrapaba, no había nada más que hacer, se acababa todo. La figura le mataba,
una y otra y otra vez, de distintas formas. Le tiraba de un edificio, lo
apuñalaba, le cortaba la cabeza…Y el final del sueño, lo último que veía Lance
antes de despertar era un contador descendente, seguido de una risa, una risa
profunda, pero a la vez vacía y tan fría que solo escucharla era como tener un
cubito de hielo recorrerte la espalda tras haber hecho ejercicio en verano.
Tras
la risa, Lance despertaba, sobresaltado y empapado en sudor, igual que había
pasado esa noche y siempre a las 3 de la madrugada. Lance no tenía problemas
para volver a conciliar el sueño, pero esa vez era distinto. El sueño de esa
vez había seguido el curso de los demás, terminando Lance muerto, pero después,
hubo un cambio. El contador descendente había bajado una vez más, pasando a
mostrar un único numero desde hacía 8 sueños. Esa noche, el contador había descendido
a 1.
La risotada
de la figura se repitió nuevamente, pero esta vez, la figura miró directamente
hacia el lugar desde el que Lance observaba toda la escena del sueño y, por
primera vez, Lance pudo ver enteramente a la figura. Tenía aspecto humano, más
o menos de la misma altura que Lance (un metro setenta y algo, la última vez
que se había medido). El cuerpo, o lo que Lance imaginaba que era un cuerpo,
estaba cubierto enteramente por una túnica, negra, que le llegaba hasta los
pies, en los que llevaba un par de botas militares. Las manos estaban
enfundadas en unos guantes es camuflaje, con una protección para los nudillos,
similar a la que llevan los guantes militares. La cabeza la llevaba cubierta
por la capucha de la túnica, así como por una máscara, con el diseño de una
sonrisa de dientes de tiburón, cubriendo desde debajo de los ojos, que eran lo
único que Lance podía observar. En el interior de esa capucha, Lance veía unos
ojos, grandes, completamente rojos, como si todos los capilares de dentro de
los ojos hubieran explotado y estos se hubieran llenado de sangre. Aunque no
pudiera verle la boca, Lance sabía que estaba sonriendo. Entonces, la figura habló,
con esa voz profunda, vacía y fría que hacía temblar.
“Solo
quedas tú. Espero que corras más que tus otros yo, Lance”-La figura desapareció
en una bocanada de humo y el sueño terminó.
Fin de la Parte 1
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