Esta es la historia de la vida de una serpiente que se creía gusano, llamado Fred. Fred iba camino a una lechuga para comérsela, porque estaba hambriento.
Pero, ey, ¿Una serpiente come lechuga? Vale que se crea que es un gusano pero, ¿No debería comer pequeños animales? Bueno, digamos que Fred era de esos que comían lo que había para comer. Y lo que había era una lechuga.
Así que, iba hacia ella pensando: "Ay, Señor Gusano, que vida más arrastrada". Mientras se arrastraba...
Se arrastraba como los gusanos o reptaba como las serpientes? Supongo que se arrastraba reptando Eso está bien, ¿no? Para mí tiene lógica, y como soy yo el que cuenta la historia se hará lo que yo diga. Pues bien, mientras Fred se arrastraba reptando hacia una lechuga mientras pensaba: "Ay, Señor Gusano, que vida más arrastrada" pasó un pájaro que lo confundió con un gusano y se lo comió.
FIN
Espera, ¿FIN? ¿Así sin más? ¿Por qué no puede Fred la serpiente, que se creía gusano, que se arrastraba reptando hacia una lechuga y pensaba: "Ay, Señor Gusano, que vida más arrastrada" tener un final feliz? Pobre Fred, se lo merece. Vale, bien, cambiemos el final:
Mientras Fred se arrastraba reptando hacia la lechuga y pensaba: "Ay, Señor Gusano, qué vida más arrastrada" vio a una gusana, llamada Mariana con la que se casó y tuvo 3 bebés serpiente, que se creían gusanos ( también llamados serpe-gusanos), que se arrastraban reptando hacia una lechuga y pensaban: "Ay, Señor Gusano, qué vida más arrastrada".
FIN
Pero, ¿Y si...?
FIN
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